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El grafólogo

GrafologíaHace años, un mal alumno y peor compañero, una persona que se podría calificar como mala, en un intento de descalificarme inventó que había falsificado la firma de un documento oficial. Preparó de forma sibilina lo que estaba convencido que era una encerrona, y cuando estaban todos los miembros del órgano rector reunidos presentó la acusación, avalándola con un informe de un gabinete grafológico de gran prestigio en Valladolid. De forma casual, se encontraba presente en la reunión el autor del documento, el cuan “juró por Dios y por su honor” ser el autor de la citada firma. No contento con esta contestación, el sujeto aludido presentó, ante el juzgado la correspondiente denuncia, la cual finalizó de forma instantánea en la primera comparecencia ante Juez. El Juez se mostró sorprendido y preguntó cual debían ser las razones por las que se había presentado la denuncia, la contestación no pudo ser más clara: “un deseo deliberado de hacer daño”.
Cito esta anécdota a propósito de la polémica, que un grupo mediático ha puesto en marcha sobre la autoría de unos documentos que involucran, en un escándalo económico, a un personaje político, y por extensión a un gobierno. La prueba que presentan para avalar la acusación es un informe de un prestigioso gabinete grafológico. En la comparecencia ante el Juez, el acusado ha negado su autoría, pero los grafólogos mantienen su informe. Espero que en este estudio no haya colaborado el gabinete de prestigio de Valladolid, para bien del esclarecimiento de los hechos.
Como resumen, “al margen de velar por la transparencia en las instituciones”, el fin que persigue el grupo mediático es doble; económico, vender más, y político, hacer daño.

Publicado enCuriosidades

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