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El profeta Samuel, Cada día de más actualidad

PROFETA SAMUEL Pintura por Manuel Granai

Hace aproximadamente 3100 años, el Profeta Samuel les decía a los representantes del pueblo de Israel que le pedían que nombrase un rey, lo siguiente:

«Éstos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento y de pertrechos para sus carros. A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras. Vuestros campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y vuestras viñas os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros. A vuestros criados y criadas, vuestros mejores burros y bueyes, se los llevará para usarlos en su hacienda. De vuestros rebaños os exigirá diezmos. Y vosotros mismos seréis sus esclavos. Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá».

El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: «No importa. ¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos. Que nuestro rey nos gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en la guerra».

Han pasados más de tres milenios y las palabras de Samuel siguen estando de plena actualidad. Es más, creo que la situación es mucho peor de la que  planteaba al pueblo de Israel, ya que lo que parecía que iba a ser un abuso; pagar el diezmo, es decir el 10%, hoy se ha convertido en el “cincuezmo”, es decir el 50%, que es lo que expolia el Estado a los trabajadores. Traducido al español, cada contribuyente trabaja para el Estado la mitad del año.

Si los contribuyentes quisieran saber cuanto cuestan los distintos aparatos de la política: Congreso, Senado, Gobierno Central, Gobiernos Autonómicos, Diputaciones Provinciales, Ayuntamiento y … ¡Bruselas!, se echarían a la calle y pedirían que desapareciese de una vez esta casta de sanguijuelas, que  chupan la sangre de los honrados trabajadores y encima los desprecian.

Publicado enReligión